Mi corazón tiene un portón
de goznes complacientes,
lubricados, lúbricos,
sin aldabas ni candados.
Me lo han asaltado tantas veces,
revuelto, dislocado y lleno
de sillas y cosas crujientes,
de besos, adioses, susurros,
de voces peregrinas y sedentes
que en cada crisis me digo:
«mañana ordeno esta casa».
Por favor:
cuando salgas no cierres la puerta,
toma lo que quieras y deja alguna nota.
"Mañana ordeno esta casa", excelente metáfora. Me gustó mucho este poema.
ResponderEliminarSú