Mi corazón tiene un portón
de goznes complacientes,
lubricados, lúbricos,
sin aldabas ni candados.

Me lo han asaltado tantas veces,
revuelto, dislocado y lleno
de sillas y cosas crujientes,
de besos, adioses, susurros,
de voces peregrinas y sedentes
que en cada crisis me digo:
«mañana ordeno esta casa».

Por favor:
cuando salgas no cierres la puerta,
toma lo que quieras y deja alguna nota.

1 comentario:

  1. "Mañana ordeno esta casa", excelente metáfora. Me gustó mucho este poema.

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